Gioconda Belli es una poeta, novelista y activista nicaragüense. Su obra literaria se caracteriza por su compromiso político y por rescatar y ahondar en el universo femenino, reivindicando el papel de las mujeres en la sociedad y en la construcción de la cultura. En 1972, con su primer libro Sobre la grama, revoluciona la poesía centroamericana al abordar sin tapujos el cuerpo y la sexualidad femenina. Su activismo le llevó a militar en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y a ocupar durante un tiempo (1979 a 1994) cargos de responsabilidad una vez los sandinistas derrocaron a Somoza. Seguir leyendo 30 años 30 poemas: “Hasta que seamos libres” de Gioconda Belli
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30 años 30 poemas: “Huelga” de Gioconda Belli
Gioconda Belli es una poeta, novelista y activista nicaragüense. Su obra literaria se caracteriza por su compromiso político y por rescatar y ahondar en el universo femenino, reivindicando el papel de las mujeres en la sociedad y en la construcción de la cultura. En 1972, con su primer libro Sobre la grama, revoluciona la poesía centroamericana al abordar sin tapujos el cuerpo y la sexualidad femenina. Su activismo le llevó a militar en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y a ocupar durante un tiempo (1979 a 1994) cargos de responsabilidad una vez los sandinistas derrocaron a Somoza.
HUELGA (contra las tiranías)
Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, de piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.
Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres
Quiero una huelga grande,
que hasta al amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos
Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos
del tirano que se marcha.
30 años, 30 poemas “8 de marzo” de Gioconda Belli
En este mes marcado por el Día Internacional de las Mujeres, traemos el poema “8 de marzo”, de la escritora nicaragüense Gioconda Belli, una magnífica denuncia de las violencias cometidas contra las mujeres, en el que exige, no flores como un mero producto comercial, sino el reconocimiento, la vida libre de violencia, la plenitud de derechos y libertades que nos corresponden, como seres humanos. Autora de libros de poemas (Fuego soy, apartado y espada puesta lejos; El ojo de la mujer, Escándalo de Miel) y novelas, entre las que destacan La Mujer habitada, El pergamino de la seducción, El país de las mujeres, Gioconda Belli fue militante en la década de los años 70 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Su compromiso político la lleva a denunciar actualmente el giro hacia al autoritarismo del gobierno de Ortega. Sus obras son una denuncia, cargada de fuerza y de esperanza, de la opresión económica y política, y de la ejercida por el patriarcado sobre las mujeres y dan voz al cuerpo, el deseo, la sensualidad, el sexo, el derecho al placer de las mujeres. (Pilar Iglesias).
8 DE MARZO
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas, qué poco
para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina
o cargáramos al bebé para dar más lástima cuando pidiéramos limosna
Queremos flores de quien nos enfundó en vestidos almidonados
y nos prohibió subirnos a los árboles como los muchachos
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte.
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
y nos encerraron por locas.
Flores del que nos pega, del que se emborracha
del que se bebe irredento el pago de la comida del mes.
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos testimonios.
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género
Queremos flores de las envidiosas, las falsarias, las mojigatas,
las que se arrepienten de haber sido y se falsifican
malversando los poderes vitales de la especie.
Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir
si es que ha de perdurar la tierra firme.
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.