Son ellas, las mujeres de África subsahariana, las que caminan horas para traer agua hasta sus casas. Las que transmiten el ritmo de África a sus criaturas desde el vientre materno cuando muelen el mijo en el mortero. Las que trabajan la tierra, cuidan el ganado, compran y venden multitud de mercancías para llevar algún dinero a casa. Las que caminan horas con sus criaturitas atadas a sus espaldas y un hato de leña sobre sus cabezas para poder cocinar la comida para los suyos. Las que despiden en las playas a sus hijos y a sus compañeros que parten en cayucos, en busca de una vida mejor, y llevan solas el cuidado y la educación de los hijos. Son ellas las que trasmiten la sabiduría de sus antepasados. Seguir leyendo La literatura africana también tiene nombre de mujer (I)