La Aldea Global en que se ha convertido el mundo en que vivimos, exige una educación en valores que no puede retroceder frente al advenimiento de los avances tecnológicos y la globalización económica dominante. El concepto de educación global, y sus implicaciones pedagógicas, es una respuesta desde ámbitos trasversales a la realidad en que estamos las personas inmersas.
A partir del siguiente principio: la persona es lo que importa y el planeta es nuestra casa, la educación global no admite ninguna práctica que utilice o enajene a las personas o degrade el medio para convertirlos en fines de intereses ajenos a la dignidad humana o la armonía planetaria. Las otras y los otros, son todas y todos los demás, individual o colectivamente considerados, vivan en la casa de enfrente, o en la antípoda.
La educación global se define desde un enfoque sistémico y holístico en un ciclo integrador de conocimiento, análisis, crítica y propuestas de alternativas y acciones encaminadas a difundir o restablecer el diálogo, la cooperación, la solidaridad, la paz, los Derechos Humanos, la interculturalidad, la coeducación y la defensa del medio ambiente.
Nuestra concepción de Educación Global es integradora de valores asociados a la cooperación y el apoyo mutuo, la tolerancia y el diálogo intercultural, la armonía y la paz con el medio. Las otras realidades de las personas, las comunidades y los pueblos a escala global, planean como referentes que no podemos olvidar en nuestra realidad inmediata.
La Educación Global es un enfoque integrador de:
- La Educación Medioambiental para lograr la preservación del entorno
- La Educación para el Desarrollo para erradicar la pobreza
- La Educación para la Paz para acabar con la cultura de la violencia
- La Educación en Derechos Humanos para lograr, por ej. educación para todas y todos
- La Coeducación para acabar con la discriminación de la mujer
- La Educación Intercultural para lograr, por ej., la libre circulación de todos y todas.