Sentimos que este artículo no solo debe ser un ejercicio para que ustedes puedan conocer nuestra experiencia en la décima marcha por la dignidad del Tarajal en Ceuta, es una oportunidad para poder contarles como la vivimos, como la sentimos, como logramos conectar con algo que ocurrió hace nueve años, pero lo vivimos como si estuviéramos en aquel fatídico momento.

Antes de eso nos gustaría explicarles quienes somos, de dónde venimos, como hemos llegado a estas reflexiones. Somos jóvenes migrantes de Marruecos, Canarias y Colombia, hacemos parte del proyecto “Construyendo comunidad: Creación de espacios basados en la convivencia intercultural en los barrios con la inclusión social y participación activa de jóvenes migrantes”, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) y realizado por la Asociación Andaluza por la Solidaridad y la Paz (ASPA), gracias a este proyecto también empezamos hacer parte de la Red Granadina por la Acogida y el Refugio (REDGRA).

Es precisamente en una reunión de la REDGRA donde escuchamos por primera vez la “Tragedia de Tarajal”, efectivamente es una tragedia, pero realmente fue una masacre, nos cuentan que el 6 de febrero del 2014, un grupo de alrededor de 200 personas trataron de ingresar a Ceuta desde Marruecos. Muchos de ellos/as intentaron cruzar nadando, fue en ese instante cuando la Guardia Civil Española, empleo material antidisturbios, nos preguntamos aquello era un disturbio, nos dijeron que usaron gases lacrimógenos, botes de humo y balas de goma, todo ello para evitar que llegaran a la playa de Tarajal perteneciente al territorio español.

No sabemos si ustedes alguna vez han estado en un disturbio, realmente un disturbio, pero el uso de gases lacrimógenos te inmoviliza, te bloquea las vías respiratorias, causa pánico, angustia, ansiedad, sensación de ahogo, es horrible. Pensar estas sensaciones en personas en medio del agua, donde se encuentran indefensas, es un acto macabro e inhumano.

Debido a estas acciones por parte de la Guardia Civil, quince personas fueron encontradas muertas en aguas españolas, no fueron auxiliadas por ningún miembro del estado español, las vieron ahogarse y perderse en las aguas…, algunas más desaparecieron, otras fallecieron en territorio marroquí. Pero eso no fue todo, nos dicen que las personas que lograron salvarse y llegar a tierra, fueron devueltas nuevamente a Marruecos, no se les prestó ayuda, ni socorro, esto es vulneración al artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la NO asistencia a personas en peligro, generan vulneraciones al derecho fundamental, el Derecho a la vida.

Luego de escuchar y documentarnos más sobre lo ocurrido, decidimos ser parte del equipo organizador para asistir a la X Marcha por la Dignidad de Tarajal, nos organizamos con otros compañeros y compañeras de la REDGRA que ya habían ido en años anteriores, nos explicaron como lo habían organizado y empezamos a trabajar para poder participar como Granada e ir a Ceuta.

La organización del evento no fue nada fácil, nos implicó mucho tiempo, cotizar el autobús, el ferri, hacer la difusión del evento, darlo a conocer, al igual que nosotros muchas personas no conocían que había ocurrido en Ceuta. Esto también nos llamó la atención, muchos españoles y españolas no conocían lo que había pasado en el Tarajal, que nosotros no lo supiéramos, era entendible, no somos españoles y no habíamos llegado al país en aquellas fechas, pero que ciudadanos españoles, no supieran que ocurrió una masacre en su territorio, fue muy desconcertante.

Esto se reflejó en el número de personas inscritas, fuimos 34 personas, la mayoría éramos migrantes o NO españoles/as. Dimos comienzo a nuestra travesía a las 5:00 AM el 4 de febrero, estamos a la expectativa, no conocíamos Ceuta, teníamos también miedo de que no nos dejaran ingresar, como personas migrantes, no podemos movernos libremente por el país, pese a que hicimos todas las consultas a las autoridades competentes, nuestro temor a no poder abordar el ferri siempre estuvo presente.

Teníamos presente que nuestro viaje no era un paseo, íbamos allí para honrar a las víctimas de la brutalidad policial española, en el ferri pudimos evidenciar la proximidad de ambos continentes, muchos pensábamos que era más lejos, decíamos África debe ser muy lejos, pero no, resulto siendo demasiado cerca, se podía apreciar a simple vista la costa. Reflexionamos sobre cómo la construcción del norte global nos hace pensar a quienes venimos del sur global, que tenemos una brecha casi imposible de alcanzar, una distancia prácticamente insuperable. Y a quienes algún día hicieron ese trayecto en patera y ahora lo hacían en ferri, como los privilegios marcan.

A nuestra llega a Ceuta, nos esperaba un grupo de personas que nos llevaron a la Universidad de Granada, allí presenciamos una charla sobre los derechos de las personas migrantes y el racismo estructural que hay en España. Al terminar la charla vimos una obra de teatro sobre migración y sueños presentada por un actor senegalés llamado Timbo; él nos transmitió desde su actuación, la angustia, el sin sabor, la ansiedad, el miedo, la frustración que sentimos cuando nos enfrentamos con la sociedad española por primera vez y que, al pasar del tiempo, seguimos sintiendo, cada vez menos, pero siguen presentes aquellos temores.

Para nosotros y nosotras fue un momento de reflexión, donde la mayoría de las personas presentes, nos sentíamos recogidos/as en sus líneas, a todos y todas nos han invisibilizado por ser diferentes, nos han cortado la posibilidad de soñar, ahora nos toca sobrevivir con lo que hay, debemos ajustar nuestros sueños a lo que podemos lograr mientras no tenemos “papeles”[1], se trata de una carrera de resistencia, de aguantar y aguantar, que algún día volveremos hacer personas, no solo migrantes.

El viaje fue un aprendizaje constante, la conferencia, la obra de teatro, la marcha hacia la playa del Tarajal fue larga, llena de contrastes, algunas personas nos aplaudían y manifestaban su apoyo, otras, sin embargo nos miraban con desprecio desde sus casas. La ciudad estaba dividida en dos partes, en una estaban las personas migrantes y la otra era una parte españoles/as que llevan sus vidas allí, pero no se sentía una sola ciudad.

En la marcha llevábamos pancartas con mensajes alusivos a la masacre de hace 9 años, diciendo que las fronteras matan, que todas las vidas son importantes. Estas pancartas iban a acompañadas de consignas y arengas que nos permitía gritar, todo lo que callamos normalmente.

Al llegar a la playa se realizó un acto simbólico, nos hicimos en círculo, se encendieron unas velas por las personas asesinadas por la Guardia Civil, no podemos caer en el eufemismo de llamar tragedia a una masacre o fallecidos a personas asesinadas, no es ético y no hace memoria a las víctimas.

Para finalizar debemos resaltar el trabajo del equipo organizador, todas las acciones e intervenciones se realizaron en diferentes idiomas, nos sentimos integrados e integradas con estas acciones. De regreso a Granada, teníamos muchos sentimientos encontrados, fue una jornada muy agotadora, pero no sentimos cansancio, nos sentimos parte del cambio, no solamente conocimos lo ocurrido, sino que tomamos cartas en el asunto y lo seguiremos haciendo. Nno podemos permitir que esta masacre quede en la impunidad, ni que la sociedad olvide que hay personas muriendo en sus fronteras.

Fue un viaje inolvidable y no lo olvidaremos por el resto de nuestras vidas, lo repetiremos hasta que se haga justicia, porque las víctimas y sus familias no han obtenido justicia.

# ¡Por Nuestros Muertos Ni un Minuto de Silencio!

# ¡Ni Perdón, Ni Olvido!

# ¡Migrar NO es un delito!

 

Mohamed Farik Ben Driss Baja

Omaima El Fatehy

Ricardo Alexander Castro Medina

[1] Papeles que acreditan quiénes somos tenemos todas las personas (pasaporte, dni de nuestros países de origen, partida de nacimiento, …) la regularización administrativa es otra cosa y es el término adecuado