El proyecto responde a las necesidades identificadas en la zona donde el equipo del CIMI (Consejo Misionero Indígena) trabaja con los pueblos indígenas de Brasil, reivindicando sus derechos a la diversidad cultural y al mantenimiento de su territorio, sus formas de vida y su cultura.

En el Estado de Amazonas, damos continuidad a un proceso de cooperación entre las comunidades indígenas, el CIMI Norte y ASPA, con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga. Este proyecto se inscribe en la Planificación Estratégica del CIMI y de ASPA, complementando las demás acciones del CIMI en todo el país.

Tras un año del nuevo gobierno en Brasil, aunque ha habido avances en relación con los derechos de los pueblos indígenas, como la demarcación de nuevas tierras y la participación de indígenas en organismos gubernamentales, aún queda mucho por hacer. Gracias a las reivindicaciones y coordinación de los pueblos indígenas, se logró que el Tribunal Constitucional rechazara la nefasta propuesta de demarcación de tierras indígenas. Sin embargo, han surgido nuevas amenazas. Recientemente, se han presentado en la Cámara de Diputados y el Senado varios proyectos de ley perjudiciales para los pueblos indígenas. Estos proyectos buscan reintroducir la tesis del marco temporal, ya rechazada por el Tribunal Constitucional, que obligaría a los pueblos indígenas a demostrar la ocupación de sus tierras en fechas para las cuales no pueden aportar pruebas documentales, ya que no participaban en las instituciones y tenían escasos contactos con las zonas urbanas del país. Algunos parlamentarios, aliados de los grandes poderes económicos, han introducido un proyecto de ley en este sentido, que se aprobó en la primera votación. Esta ley es el principal obstáculo jurídico que pretende frenar los procesos de demarcación de tierras indígenas.

Los territorios donde operará el proyecto han mostrado señales de esperanza y fortalecimiento gracias a nuevas acciones del gobierno. Una de las tierras se ha incluido en la lista del gobierno para ser demarcada, lo cual es un gran avance. Sin embargo, mientras esto no se oficialice, y ante la ausencia del Estado en sus territorios, las invasiones, violaciones de derechos y la violencia son recurrentes. Esto demuestra que aún queda mucho por hacer para que las personas puedan vivir con seguridad en sus tierras.

En medio de tantas luchas con avances y retrocesos, las comunidades priorizadas en este proyecto trabajan para mejorar sus acciones y enfrentar los retos de su vida cotidiana, buscando fortalecer sus luchas y soñando con mejores días para sus familias, quienes viven de la agricultura, la pesca, la artesanía a partir de productos forestales, entre otras actividades que contribuyen a sus ingresos.